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El campo de la medicina reproductiva ha marcado un hito histórico gracias a la implementación de la inteligencia artificial. Científicos e ingenieros han logrado la concepción del primer embarazo exitoso en un paciente diagnosticado con azoospermia, una forma severa de infertilidad masculina caracterizada por una ausencia o escasez crítica de espermatozoides en el eyaculado.

Este hito no solo representa un triunfo tecnológico, sino que también ofrece una esperanza tangible a millones de parejas que previamente se enfrentaban a opciones limitadas y extremadamente invasivas.

La innovación reside en un sistema de vanguardia que integra algoritmos de IA con automatización robótica para realizar una tarea que ha desafiado a la ciencia durante décadas: la identificación y el rescate de células reproductivas casi invisibles. La capacidad de esta tecnología para localizar espermatozoides con una precisión sin precedentes, y hacerlo sin recurrir a la cirugía, marca un punto de inflexión en el tratamiento de la infertilidad, abriendo un camino menos doloroso y más eficiente hacia la paternidad biológica.

El desafío de la Azoospermia y las soluciones tradicionales
La azoospermia es una condición que impacta aproximadamente al 10-15% de los hombres que buscan tratamiento para la infertilidad. En estos casos, la escasez de espermatozoides en el semen es tan extrema que los métodos convencionales de reproducción asistida son ineficaces, ya que no pueden localizar las pocas células viables que podrían existir. Históricamente, las parejas con este diagnóstico se veían obligadas a considerar el uso de esperma de donante o someterse a procedimientos invasivos, largos y costosos para intentar la concepción.

La principal alternativa para recuperar espermatozoides propios era la Biopsia Testicular (TESE). Este es un procedimiento quirúrgico que implica extraer tejido directamente de los testículos, con el riesgo inherente de dolor postoperatorio, complicaciones y daño potencial al tejido. Además, la inspección manual de estas muestras por parte de técnicos de laboratorio es un proceso tedioso y prolongado que, incluso con métodos invasivos, no siempre garantiza la localización de las pocas células viables necesarias.

Presentando el Sistema STAR y su origen
La solución a este dilema clínico llegó de la mano de investigadores de la Universidad de Columbia, liderados por el Dr. Zev Williams, director del Centro de Fertilidad. El equipo diseñó el sistema STAR (por sus siglas, “Recuperación Automatizada de Espermatozoides”), buscando crear una opción de tratamiento que fuese menos invasiva y superara las limitaciones del ojo humano en la detección de células extremadamente raras.

El concepto central de STAR se basa en el principio de que, incluso en casos de azoospermia, en el eyaculado pueden existir espermatozoides sanos. El desafío no es su ausencia total, sino la dificultad de encontrarlos en una muestra que contiene millones de otras células. Al automatizar el proceso de búsqueda y extracción mediante IA y robótica, los científicos pudieron incrementar drásticamente la probabilidad de éxito sin tener que pasar por el quirófano, ofreciendo un método más preciso y delicado.

La Inteligencia Artificial y la precisión Micro-Robótica
El sistema STAR opera utilizando un algoritmo de aprendizaje automático que ha sido entrenado con amplios conjuntos de datos para identificar patrones morfológicos y de movilidad que caracterizan a un espermatozoide viable. La IA es capaz de analizar imágenes microscópicas en tiempo real, procesando y filtrando información de una manera imposible para un técnico humano, logrando un nivel de sensibilidad y precisión necesario para localizar una aguja en un pajar.

Una vez que el algoritmo de IA localiza una de estas células raras, el componente robótico toma el control. Un microchip especializado, dotado de canales diminutos para la manipulación fluida, aísla la fracción de la muestra. Un micrománipulador robótico ejecuta entonces la extracción del espermatozoide con una precisión milimétrica en cuestión de milisegundos. Esta automatización elimina el factor de fatiga humana y el potencial daño a la célula que podría ocurrir durante una manipulación manual prolongada.

El caso clínico y el impacto de futuro
El hito clínico fue alcanzado por un paciente que había pasado casi dos décadas sometiéndose a tratamientos fallidos. Gracias a la búsqueda asistida por el sistema STAR, los técnicos pudieron identificar y recuperar dos espermatozoides viables de su muestra, una hazaña imposible con los métodos de detección anteriores.

Los dos espermatozoides recuperados fueron utilizados exitosamente en un ciclo de Fecundación In Vitro (FIV), resultando en dos embriones, uno de los cuales condujo al primer embarazo documentado mediante esta técnica. Este caso demuestra el potencial de STAR para ofrecer soluciones biológicas a pacientes con infertilidad severa que, de otra forma, solo tendrían la opción de la donación, validando la premisa de que solo se necesita un espermatozoide sano para la concepción.

Autor: VIVOENSC