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Lejos de encontrar soluciones, el personal denuncia que el gobierno provincial —que se define como un gobierno que viene de los trabajadores— no solo ignora los reclamos, sino que además busca disciplinar a quienes se organizan para exigir mejores condiciones. “Nos suspenden por reclamar, cuando lo único que pedimos es un salario digno”, manifestaron enfermeros y técnicos que participaron de la concentración.

Desde hace meses, los gremios advierten sobre la precariedad laboral, la falta de insumos y el deterioro constante del poder adquisitivo de los salarios. Muchos empleados aseguran que la inflación devora sus ingresos, que ya no alcanzan para cubrir gastos básicos como alimentos, transporte y vivienda. “Hay compañeros que llegan al hospital sin desayunar, y aun así están en la primera línea atendiendo a la comunidad”, señaló una trabajadora del Hospital Regional de Río Gallegos.

El reclamo, suma ahora un elemento aún más preocupante: la persecución y suspensión de trabajadores por participar en las protestas. “En lugar de escuchar nuestras demandas, el gobierno elige castigar a quienes levantamos la voz”, expresaron representantes de las asambleas autoconvocadas.

Según los testimonios de los manifestantes, varios empleados fueron notificados con sanciones y amenazas de sumarios por sumarse a las movilizaciones. “Nos quieren disciplinar con el miedo, pero no vamos a callarnos. No pueden suspender a un trabajador por reclamar su salario”, manifestó una enfermera del Hospital Regional de Río Gallegos.

El reclamo, que se repite en distintas localidades de la provincia, pone en evidencia el abandono de un sistema que atraviesa una crisis profunda. Los manifestantes exigen la inmediata apertura de paritarias, un aumento salarial acorde a la canasta básica y la revisión de las condiciones laborales en los hospitales, donde la falta de personal y recursos se vuelve cada vez más alarmante.

En medio de la tensión, el malestar crece no solo por la desidia institucional, sino también por el contraste entre el discurso oficial y la realidad que viven los trabajadores. “Un gobierno que dice representar al pueblo no puede darle la espalda a quienes sostienen la salud pública con esfuerzo y vocación”, expresaron los trabajadores.

Mientras tanto, las autoridades guardan silencio y el conflicto amenaza con profundizarse. Los trabajadores aseguran que no van a retroceder en su lucha, porque lo que está en juego no es solo su salario, sino la salud de todos los santacruceños.

Autor: VIVOENSC